jueves, 28 de abril de 2011

Uruguay-Argentina-Paraguay

Pasamos una fugaz semanica en Uruguay, ese país de los playmobile en esta gran Sudamérica. Gratamente sorprendida con él, aunque con tristeza porque me quedé con ganas de ver un poquito más.

Leí, releí y escuché que Montevideo estaba chévere, así que en mi empeño por verla me acerqué sola, porque Arkaitz prefirió quedarse más días en BS AS, y decidimos separarnos una vez más, pero encontrándonos nuevamente en Uruguay... quién sabía dónde. Montevideo es una ciudad normal y corriente, que le basta (y hasta le sobra) verla en un día. Así que después de pasar sin pena ni gloria por la ciudad, proseguí hacia la costa este, en el atlántico.

Punta del Diablo fue el primer destino. Y según bajé del bus en ese pueblito de pescadores junto al mar, con muchas cabañas desperdigadas por el lugar.. oh! quise morir en el instante. Una paz y tranquilidad me invadieron en el acto, y echando un vistazo al lugar, me puse triste ya sólo con pensar que no disponía más que dos días más para estar en aquel lugar (jajajajaja).


Punta del Diablo

No había mucho para hacer más que pasear por un par de playas, jugar con los cientos de perros amigables que te encontrabas en el camino, y acercarte a unas rocas a vislumbrar el mar. No es mucho pero... por Dios! aquello era puro relax... morí extasiada aquellos días con tanta paz! el primer día lo pasé solica y a la noche apareció Arkaitz de casualidad en el hostel. Y al día siguiente paseamos de nuevo hasta unas rocas, donde vimos a una curiosa perra (bautizada posteriormente como "Choripán") que parecía contemplar el mar, sentada. Te partías el culo mirando lo absurdo de la situación, hasta que vimos que la maldita chucha estaba al loro de unas tortugas que había en el mar... aaaah! qué bonitaaas! lo que no sé es si se las quería comer o simplemente jugar con ellas. Después de que las tortugas decidieran seguir con su vida, Choripán tuvo que aceptar que no tenía mayor sentido seguir contemplando el mar, así que decidió acompañarnos en nuestro día, allá donde fuéramos. Recorrimos durante un par de horas unas dunas y otra playa, con Choripán a nuestros pies.


Arkaitz contándole historias perrunas a Choripán

Jugando con ella cuando no quería amputarte la mano para quitarte el palo... y tristemente, la despedimos cuando se fue la luz y nos metimos al hostel. La pobre Choripán se quedó sentada en la puerta esperándonos, hasta que aceptó que no íbamos a salir al frío del otoño uruguayo. Te llevaremos siempre con nosotros, Choripán!

Abandonamos Punta del Diablo y fuimos rumbo a Cabo Polonio, un pueblito en el que lo curioso del lugar era que no había electricidad.. y lo mejor fue cuando descubrimos que tampoco había agua corriente, jajajajaja. Otro lugar de esos donde perderse una semana para desconectar del mundanal ruido, de la vida acomodada a la que estamos acostumbrados, para dormir en idílicas cabañas (seguro que mi ama le llamaría chabola de mierda, pero era bastante molona, a pesar de todo. Y cuando digo "a pesar de todo", es "a pesar de todo", no sé si me entendéis).


Cabo Polonio

El primer día lo pasamos acercándonos a unas loberas, donde vimos a 0'2 a varios lobos marinos, qué majos todos ellos y qué fiemotes. Bordeamos el faro y paseamos entre unas maravillosas casitas blancas frente al mar, de esas que al verlas dices "Diooooooooos, quiero quedarme en una de esas una semana ya". Maravilloso el lugar. Y el segundo día no tuvimos tan buena suerte, porque llovió toda la mañana y hasta las 16:00 no pudimos salir de la cabaña. Y como necesitábamos salir algo, decidimos recorrer otra playa. Un paseo de otra horita hasta unas rocas, para seguir contemplando las vistas... mmmm. Todo eso acompañados de una maravillosa luna llena, que estaba increíble. Así que dejamos que se fuera el sol, y volvimos recorriendo la playa iluminados por esa luna llena allá donde fueras. Precioso el mar, daban ganas de bañarse, si no fuera por el frío y porque soy una cagueta.Y cada ciertos minutos, nos daba un fogonazo de luz el faro, de los mejores paseos nocturnos que he hecho nunca...


Tortuga en la playita...


Atardecer con la luna llena asomando

Y con mucha pena nos despedimos de Cabo Polonio. Si no hubiera sido porque no teníamos ni un chavo, nos hubiéramos quedado más días.. pero como no teníamos cajero y andábamos apretadicos de dinero, había que irse de allá muy a nuestro pesar. Y proseguimos hasta Colonia del Sacramento, viendo el centro histórico que es muy bonito... y poco más, porque se veía en un pedo.


Colonia del Sacramento

Y ya al día siguiente nos despedíamos de Uruguay, ya que volvíamos a nuestra querida Argentina... cuánto te echábamos de menos! nuestro destino sería Puerto Iguazú, lugar al cual conseguimos llegar tras 24 horas de bus y 15 horas de espera después entre bus y bus, 2 días del tirón así sin más.

Pasamos 5 días en Puerto Iguazú, para poder ver las cataratas. 2 días en el lado argentino y 1 en el brasilero. Me resulta muy difícil describir con palabras lo que han visto mis ojos, pero decir que es una brutalidad muy muy bestia. Podría decir que de los parque nacionales más bonitos que he visto en mi vida. El ruido y el espectáculo visual que ofrecen las cataratas no tiene nombre, te sobrecogen y te dejan sin habla. Era tal la emoción, que para que os hagáis una idea, me desquicié mentalmente por un rato e iba dando saltos y pseudo gritando de la emoción (pero estaba sola con Arkaitz, no os vayáis a pensar.. además creo que me libré y ni si quiera él se dio cuenta).

El primer día en Argentina, nos colamos por la puerta grande sin pagar entrada! dio la casualidad que había una feria de artesanos, y fuimos en el primer bus que nos acercaba a las cataratas para intentar tenerlo al menos un poquito para nosotros solos, o al menos, no invadidos por toda la gente del mundo. Mientras nos acercábamos a la entrada, iban delante los artesanos, y nosotros mientras pasábamos detrás de ellos saludamos a los guardaparques "buenos díaaaaaaaas". Y así sin más, sin darme cuenta... estábamos dentro. Yo flipaba le decía a Arkaitz "no puede ser que nos hayamos colado de manera tan fácil". Y así fue señores! 100 pesitos que nos ahorramos cada uno. Así que el día fue redondo, porque pudimos ver algo en soledad, monos y coatíes incluidos. La única pega, la lluvia.. que después de la primera hora y media secos, nos llovió todo y más. Y como queríamos volver un segundo día para hacer un paseo en barco y pasear por otro sendero, pedimos a unas extranjeras a ver si nos daban su entrada, porque habíamos "perdido" la nuestra y queríamos volver al día siguiente (te hacen un 50% de descuento). Y amablemente les dimos pena y nos las dieron. Así que lo que haber ido nos habría salido por 150 pesos, nos salió por 50... MUAHAHAHAHA.


Garganta del diablo, lado argentino



El segundo día fue espectacular, día despejado sin lluvia. Pero de todas formas, eso no impidió que terminase empapada gracias al paseo en barca que te acercaba bastante a algunas cascadas. Y en una de éstas, nos empapamos de arriba a abajo, braga y sujetador incluido, cómo no! pero increíble el día, porque vimos también muchas cosas en soledad, y con un millón de monos por un sendero!





El tercer y último día fuimos al lado brasilero, y también increíble. Una visión más panorámica de las cataratas, pero igualmente bonito, difícil elegir cuál me ha gustado más. Con un día increíble y con menos gente.







Así que después de quedarnos prendados y despedirnos con mucha pena de las cataratas (costaba dejar de mirar y pensar que te ibas ya para no verlas más), emprendimos rumbo a Paraguay. Hemos estado dos días en Ciudad del este, sin pena ni gloria, salvo que nos acercamos a Presidente Franco (juro que se llamaba así el pueblo) para ver el Salto del río Monday, muy bonito. Y ahora estamos en Asunción...

Paraguay se resume en calor, humedad, conducción anárquica y temeraria (de miedo!), y una pequeña dosis de realismo sudamericano que teníamos olvidado, y que agradezco enormemente antes de ir a Venezuela. Hay olvidarse de sociedades como la chilena o la argentina. Llegaron de nuevo la gente esnifando pegamento en la calle (que no digo que no la haya en Argentina, pero no la vi), la pobreza mucho más visible en la ciudad y ese pequeño desorden y caos que caracteriza ciertamente Latinoamérica... el que te horroriza y te atrae a la vez.

Insisto una vez más en mostrar mi amor hacia Argentina, lo siento! me ha marcado mucho más esta vez este increíble país. Sólo ella tiene la culpa de que tenga el corazón un poquito compungido pensando en que ya me he ido y me alejo enormemente. Pero sobre todo, con una enorme duda que no es otra que la de...

¿Podré vivir sin dulce de leche?

De todas formas, a pesar de la tristeza llevo una gran alegría conmigo encima, ya que parto para Venezuela en 0'2, ese país del que tanto he oído hablar a lo largo de mi vida. Que si Guarico, que si el alacrán que picó a tu aitona en el pié, que si los vecinos italianos... sólo por conocer aquello y por verificar que todo lo escuchado sea simplemente... verdad!

martes, 12 de abril de 2011

Entre Argentina y Uruguay

Llevo un tiempo paseando por ciudades argentinas, así que olvidaos de la maravillosa patagonia y de esos paisajes increíbles. La última entrada la dejé en Córdoba, gran ciudad con calor incluido, donde me acerqué a Alta Gracia a ver la casa donde vivió el Ché, que ahora es museo. También me acerqué a La Cumbrecita, un pueblito que parece más bien sacado de Alemania, ya que trajeron vegetación de allá para crear un pueblo alemán en Argentina. Allá pude ver una cascada majica... y poco más.


La Cumbrecita

También pude conocer Tanti, un pueblico muy tranquilo con un río y unas pozas muy majicas, que me recordaban a Villanua mucho. Así que me sentí como en casa.. con mucha paz y tranquilidad, la verdad. Y como Arkaitz seguía perdido de la mano de Dios por Puerto Madryn, decidí hacer más tiempo antes de llegar a Buenos Aires, y acercarme a Rosario. Ciudad que vio nacer al Ché y que a poquitas me ve morir devorada por los malditos mosquitos.Yo sé que estoy tremenda, pero por Dios... un poco de misericordia!!! Rosario es una ciudad normalica, que se ve tranquilamente en un día... y vas que chutas! caminé hasta que mis piernas me dijeron "ché parate y descansá boluda".


Monumento a la bandera

Y después proseguí muy feliz a Buenos Aires, la ciudad del reencuentro: con mi primera vez en Argentina, pero sobre todo.. el reencuentro con mucha gente de este viaje.


Típicos paseadores de perros de BS AS


Volver a ver a Caroline y Silvan, esos simpáticos franceses que conocimos en enero en Cafayate, al norte de Argentina. Un gusto haberos vuelto a ver. La siguiente por Baiona o Pamplona, lo sabéis!!! Volvimos a ver a Mariela, esa porteña que conocimos en Bolivia junto con los polacos en nochevieja, y la que nos acogió amablemente en su maravillosa casita. Gracias!!! y cómo no, reencontrarnos por 3ª vez con dos maravillosas personas, Iwona y Piotrek! yo sabía que volveríamos a vernos otra vez más.. y "Ché polacos,así fue!". Un gusto de verdad haberos conocido y vuelto a ver.. me quedo con la sensación de llevarme dos buenos amigos de este viaje. Nos vemos en Pamplona, porque os queda más cerca que a nosotros Polonia, jajajaja.


En el palacio de Congresos


República independiente de La Boca!



El Caminito

Y cómo no, reencontrarme tras 2 semanas con mi compañero de viaje, Arkaitz! qué bueno perderte de vista para escuchar tantas historias por Dios! jajajaja. Y después de pasar más de una semana en la capi, dio tiempo a ver casi todo BS AS: San Telmo (con su inacabable mercado de antigüedades), Palermo, La Boca, Recoleta, etc. Y lo mejor, haber ido a una milonga, donde la gente bailaba tango. Qué maravilla! qué manera de ver a la gente cómo disfruta mientras baila tango, y luego nos animamos (con la ayuda indiscutible del ron nacional sin sabor ni grados de alcohol) Iwona, Arkaitz, Mariela y yo a bailar una chacarera, muy al estilo... indefinible. Lamentable! pero lo pasamos genial, jajajaja. Los amos de la pista, oh sí!


Volando junto a Floralis genérica

Pero como los reencuentros no se reducían a la capital, nos acercamos a Monte Grande ("No puede seeeer, qué bonito es Monte Grande" jajaja), a volver a ver a esos 3 personajes que conocimos en Mendoza: Lucas, Diego y Matías. Fuimos acogidos por la familia de Lucas casi como sus propios hijos. Finde familiar que hace mucho que no vivía, con asado argentino incluido. Terminamos como para pedir la eutanasia acto seguido. Brutal! muchas muchas muchas gracias por todo! ya sabes Lucas, avisa cuando vayas para allá!

Después de Monte Grande, volvimos a BS AS para ser acogidos por el grandísimo Rodrigo, y volver a ver también a Laura. Otros recopados porteños que conocimos en Cafayate. Muchas gracias por todo Ro, el suelo de tu salón es el más cómodo que he probado en mi vida, jajaja. Y qué decir de esos alfajores.... oh!!!
Y como ya sentía que llevaba mucho tiempo en Buenos Aires, emprendí de nuevo en solitario mi viaje a Uruguay, donde actualmente me encuentro. En unos días nos reencontraremos Arkaitz y yo de nuevo para seguir el rumbo.

Argentina me tiene atrapada, enamorada. Haciendo cálculos, vamos casi por el 3º mes en este enorme país.. y me voy a ir con una sensación de que dejo todavía mucho por ver. Argentina, país que me tiene enamorada, por sus paisajes, por su maravillosa gente (amable y acogedora.. recopada!) y porque tiene un no sé qué que.. qué sé yo! pero bueno, todavía nos queda despedirnos de ella de manera triunfal, con la Reserva Provincial de Esteros de Iberá y las cataratas de Iguazú.


Una gran despedida, sin duda...