martes, 25 de enero de 2011

Ché boludo, vi'te?

Abandonamos San Salvador de Jujuy y nos pusimos rumbo a Purmamarca. El festival reagge de Tilcara nos llamaba a gritos y allá fuimos. Purmamarca era un pueblito muy bonito y tranquilo, donde quedarse a pasar varios días sin problemas, a pies del bonito cerro de los 7 colores, que a mí desde hace tiempo me tenía prendada y lo conseguí ver por fin.


Cerro de los 7 colores

Desde Purmamarca nos acercamos hacia Tilcara, otro pueblito donde estaba el famoso festival. Como en tiempos de la juventud, nos pertrechamos de un mal vinacho y cocacola... y se hizo la luz! Kalimotxo instantaneo al viejo estilo pamplonica. Era como estar en un Nafarroa Oinez... gente por todo el pueblo, vinocervezaronfernet, baños portátiles (pero aceptables) y una área grande donde escuchar la música, hablar y bailar. Conocimos gente muy maja, desde con quienes compartes conversaciones interesantes, los peculiares para darles de comer aparte y quienes te intentan robar el vaso cuando se han acabado ya todos... pero lo pasé muymuymuy bien. Como para repetir, sin duda.

Con un poquito de pena abandonamos después Purmamarca, y fuimos rumbo a Salta. Ciudad que no tiene nada en especial más que calor, calor y calor. Y conseguí por fin comprarme zapatillas! quise hacerles a las viejas un bonito funeral, pero no me daba el presupuesto. Os llevaré siempre en mi corazón... (agur eta ohore!)



De camino a Cachi

Para seguir con la ruta por el norte de Argentina, proseguimos hasta Cachi, un pueblito blanco, bonito y muy tranquilo también. Nos alquilamos unas bicis para dar un paseo por los alrededores y huimos del festival que se avecinaba... más por mí que por el deseo de Arkaitz. Y fuimos rumbo a Cafayate. No había transporte directo Cachi-Cafayate, siendo la forma más segura retroceder a Salta y de allí, coger un bus a Cafayate. Pero preferimos jugárnosla y ver la que se avecinaba. Cogimos un bus hasta Molinos, desde donde tendríamos que conseguir por nuestra cuenta transporte (ya fuera a dedo o por alguien del pueblo) para atravesar los 50 km, por lo menos, que nos separaban hasta Angastaco. Desde allá todo sería más fácil para llegar a Cafayate. Yo cruzaba los dedos para que aquella ida de olla que habíamos tenido no saliera como el día de Tilali ("Tilali 2 a la argentina" no no noooooo.. antes muerta que sin silla).


Cachi

Nos pusimos a hacer dedo junto a una pareja de franceses muy majetes, y tuvimos más suerte que un tonto, porque nos cogieron en menos de una hora. Y aquí se hizo el espíritu viajero, qué sentido tenía venir a Latinoamérica para que te transporten en el asiento de atrás de una pick up?. "Os importa viajar detrás con todas las maletas?". Así que Arkaitz y yo nos metimos en el maletero con el equipaje de los del coche,
de los franceses y nuestras mochilas(los navarricos somos la mar de majos y dejamos a los franceses ir sentados como personas en el asiento trasero).

Disfrutando del paisaje árido, con el pelo bailando al viento y sonriéndole a la vida porque lo habíamos conseguido. Suena bien? bueno, eso debiera haber sido. La realidad fue que tuvimos que hacer el tetris con las maletas para poder ubicarnos, comiendo todo el polvo que levantaba la pick up en el camino árido y yo terminé mareadísima. Juro que pensé que iba a vomitar pero al menos pensaba "bueno, me basta con sacar la cabeza y echar la pota en el camino.. no mancharé nada". Hubiera sido divertido que hubiera sucedido mientras adelantábamos a los coches que no nos cogieron a dedo.... una justa venganza que nunca sucedió.


Listos para morir en el maletero...

Pero mereció increíblemente la pena. Nos acercaron hasta San Carlos (a sólo 20 km de Cafayate) y paramos a ver un rato el precioso paisaje que rodeaba Angastaco. Brutal. Lo mejor fue cuando salieron todos del coche y se reían todos de mí porque tenía más arena encima que el desierto del Sahara.. a eso se le llama "morder el polvo"


Saharaui feliz de conocer Argentina


Paisaje de Angastaco

Y desde San Carlos cogimos un "remis" (un coche al que le pagas y te lleva al fin del mundo) hasta Cafayate. Para celebrarlo a lo grande, nos fuimos a cenar con los franceses y terminamos bebiendo vino del lugar... y tanto nos gustó, que dejamos a Cafayate sin vino "pecado". Al día siguiente pensábamos ir a las bodegas de vino que hay en el pueblo, a degustar by the face vino.. pero mi resaca me dijo "y un huevo". Así que lo pospusimos para otro día.
..

Cafayate me enamoró. Tanto por la tranquilidad, los alrededores increíbles que tiene y por la gente que conocimos, que lo pasamos muy bien. Visitamos la quebrada de las conchas, un lugar increible de preciosas formaciones rocosas de muchos colores... me encantó (no tanto el sol que abrasaba como si fuera a dejar de brillar por siempre)


La Punilla



La punilla



Los castillos







Mirador 3 cruces

También me acerqué a los medanos. 12 km a pata entre ida y vuelta para poder pasear en total soledad por las dunas. Eso sí, bien pertrechada por dos perros (Pulgas y Garrapata para los amigos)... todo majos cuando me vieron se me acercaron y me acompañaron en toda la aventura.


En los medanos

Por último, hicimos la excursión de las "7 cascadas" (en la que sólo se pueden ver 3, por qué estafan?). Un paseo de tranqui en busca de cascadas. Bonito. Y lo mejor, la lluvia que nos pilló de vuelta. Al menos esta vez no terminé escurriendo mis bragas...



Última cascada

Y lo mejor de este lugar? nuestro alojamiento con una familia, que tiene un "jardín" enorme donde se puede acampar. Se asemeja bastante a una granja por la cantidad de animales que hay. 6 perros (una en celo... festival del humor!!!!), 5 gatos y gallinas.... brutal! y nuestra habitación.. asemejándose a un zulo, jajajajaja.

Ahora estamos en Tafi del Valle (un pueblito rodeado de verdes montañas) y mañana partiremos rumbo a Mendoza, donde en teoría me junto con Sherpa... un colega de Villanua. Así que con muchas ganicas... una triunfada vamos!

Argentina... cuánto amor le profeso!!! Por sus empanadas, alfajores (bárbaros) y por sus argentinos (con sus mates como extensión de la mano). Como para quedarse a vivir en este país!

miércoles, 12 de enero de 2011

Adiós a Bolivia, Bienvenidas Chile y Argentina

Conseguimos salir de La Paz sanos y salvos. No hubo piquetes, ni nadie quemó nuestro bus como reclamo a los esquiroles. Llegamos a Cochabamba donde Carlos, un amigo de los aitas, nos hizo un poco de guía (cultural, pero sobre todo gastronómico). La ciudad en sí no tiene nada, pero aprendimos un juego típico... los dados! muy divertido. Gracias Carlos por todo!

En Cochabamba podía percibirse el ambiente calentito producido por el Gasolinazo, así que decidimos salir de la ciudad hacia Sucre. Puestos a quedarnos atrapados en una ciudad, preferíamos irnos. Y lo conseguimos! pero ya una vez en Sucre, se empezó a desatar ciertamente el caos (CHAOS A.D!) en Bolivia: manifestaciones, fuegos y vuelos de piedras a diestro y siniestro. Pero en Sucre se respiraba paz y tranquilidad. Ciudad muy blanca, bonita y limpia. Aquí pasamos como 4 días, pero que prácticamente no salíamos del hostal más que para comprar comida, jajaja. Conocimos a José Ramón, un cántabro; a Iwoona y Piotrek, dos polacos, y a Mariela, una Argentina. Estuvimos juntos en Sucre, pasando la nochevieja juntos. Muy a gusto, y muy majetes todos. La cena de nochevieja la pasamos con la gente del hostal, muy agusto la verdad.


Todos junticos, ea!

Y ya después fuimos rumbo a Potosí con Iwoona, Piotrek y Mariela, la ciudad a mayor altitud del mundo, a 4060 msnm. Aunque ya estábamos súper aclimatados a las grandes alturas bolivianas, seguía costando respirar. La ciudad preciosísima, muy colorida. Aprovechamos para conocer cómo se trabaja en la mina, en el famoso Cerro Rico. A ratos un poco angustioso por lo que costaba respirar, y la verdad... que ese trabajo es como la esclavitud... duro (muy duro) y con salarios de mierda.


Por las calles de Potosí


Potosí


Minero del Cerro Rico

Una vez más, tocaba volver a separarse. Los polacos se fueron por su cuenta y nosotros continuamos con Mariela rumbo a Tupiza. Iwoona y Piotrek... nos vemos por Argentina, seguro! Desde Tupiza pillamos ya la excursión de 4 días por el Salar de Uyuni. No tengo palabras para describir cómo han sido estos 4 días. Viendo paisajes increibles (el maldito salar es una pasada, te deja maravillada... precioso, de verdad), muchas risas también con Julia y Laura, otras dos argentinas que estuvieron esos 4 días con nosotros. Viendo el salar de Uyuni, varias lagunas (Chañape, Hedionda, Honda, Colorada, Verde...), vicuñas y flamencos... qué majos!!! tengo que decir que de entre todo lo que he visto en Bolivia, he alucinado con esta excursión. Maravillada quedome! Después de recorrer casi 600 km, abandonábamos Bolivia, y del mismo modo a Mariela, con la que estuvimos más de una semana. Hasta la vista!


Montañitas de sal


Ainnnssss


Libre!


A tomar por el orrrrrrto Arcadio


Laguna Chañape


Laguna Hedionda


Laguna Colorada

Y así, proseguimos con nuestra aventura... a conseguir más sellos de entrada y de salida, sumando el de Chile! visita fugaz a San Pedro de Atacama. Ya se notaba una diferencia en la gente, de lugar... y en el precio. Madre mía, si me sentía como en Pamplona pagando a precio europeo. Tras 5 meses de "bajo presupuesto" llegó Chile a nuestras vidas. Mientras pagas el alojamiento o la cena en el bar, oyes el susurro del viento que te dice "maaaanos arriba, esto es un atraco". Y es ahí cuando te acuerdas de Bolivia, qué bonitos recuerdos. Valió la pena sufrir la hostilidad de los locales, aunque fuera por un módico precio.

En San Pedro de Atacama estuvimos dos días sólo. Lo que ofertaban se asemejaba bastante a lo que vimos por el Salar de Uyuni, o era un atraco a mano armada. Así que decidimos alquilarnos por nuestra cuenta una bici para recorrer el Valle de la Luna, que fue muy bonito, e ir a la laguna Cejar (o Cejas), donde puedes flotar como en el mar muerto de la cantidad de sal que tiene el agua.... brutal bañarse ahí!Y también fuimos al Salar de Atacama. Diferente al de Uyuni, pero bonito a la vez.


Por el valle de la Luna


En el salar de Atacama

Y así le decíamos hasta pronto a Chile (pero volveremos!). Nos marchamos al norte de Argentina... rumbo a San Salvador de Jujuy. Ciudad que no tiene nada... mucha vida en la calle y miles de comercios. No obstante, pinta que tiene alrededores majicos. Y hemos encontrado para este sábado que viene un festival de reagge... a ver cómo pinta!

Y como en este tipo de viaje a lo guarro no podía faltar, mis zapatillas desde La Paz empezaron a tener un diagnóstico grave. Sendas rajas fueron apareciendo en cada una de ellas, aumentando su tamaño con el trascurso de los días. Salvo que ya su estado comenzaba a ser lamentable, mejorando su nivel de absorción de agua. Mierdamierdamierda... contaba con que mi mochila iba a estar siempre sucia (además, siempre puede sumarse todavía más mierda, es increible!), con que pudiera quedarme sin ropa limpia (tener que recurrir al bikini y a calcetines usados... mmm, no tiene precio) y con situaciones inverosímiles. Pero no con tener que comprarme unas malditas zapatillas... y no encontrar ninguna!

Creo que si me pongo con una boina en la calle a pedir dinero... me subvencionan la estancia en Argentina, tendré que valorarlo...