PN Tayrona
PN Tayrona
Quebrada de Valencia
Quebrada de Valencia
Almuerzo rico en el hostal
Y bueno, los días fueron transcurriendo y llegó así la hora de partir rumbo a Cartagena, para ver la ciudad y agarrar el vuelo de vuelta a casa.
Cartagena de Indias
Rápido ha pasado el tiempo, muy rápido. En un abrir y cerrar de ojos me planto en casi 11 meses viajados e innumerables km recorridos (a pié, en bus, en avión, en camión, dormida, de guayabo..), con miles de caras, lindas tonadas, muchas palabras nuevas con las que reir e incluir en el habla y un sin fin de anécdotas e historias...
Me voy con la sensación de haberme dejado muchas muchas cosas sin ver, ya no sólo en sudamérica, sino el resto de centroamérica que de manera inocente creí que llegaría a conocer... pero como siempre, las ideas iniciales no tienen por qué cumplirse, y si he dejado de ver cosas, es porque he disfrutado otras, por lo que me quedo igual de satisfecha. Y ése no es otro motivo más que para decir que algún día, volveré. Porque estas tierras atrapan... y te hacen querer regresar. Con el cuerpo acá, pero la mente todavía allá, a siete horas menos.
Y no puedo darle fin a este viaje de otra manera, que no sea con una frase que leí en Santa Marta:
Uno se marcha en busca de vivencias, emociones, experiencias. Uno vuelve con mucho más, se va con otra vida
Gracias a todas por haberme seguido, por haberme leído y por haber querido compartir esta experiencia tan chévere, tan copada, tan bacana. Pero sobre todo, gracias sudamérica, me quito el sombrero y... hasta la próxima!